En primer lugar, gracias por las palabras de ánimo sobre si seguir o no con el Blog. Todavía no he llegado a ninguna conclusión. La neblina del desasosiego que encontré en el mar de dudas se ha despejado, pero sólo para guiarme a un abismo de incertidumbre (¿uh?)
El caso es que estoy en ese punto de "podemos quedar como amigos, pero no te extrañe que te mande un mensaje a las 3 de la mañana diciendo "stoy n tu barrio, t tomas 1 copa?" y que si jiji,que si jajá, una cosa lleve a la otra y terminamos sobre tu sucio teclado escribiendo sudorosos acerca de tonterías del viaje a Brasil pero, insisto, en todo momento como amigos".
Así que, más o menos como quería Cecil B. Demille, comencemos con...
... o cómo alargar un artículo del "Muy Interesante" en una revista entera (o dos, porque este es el segundo número; desconozco si siguieron editando ejemplares)
¿Qué nos podemos encontrar en "TERREMOTOS" así, con mayúsculas?. Los inevitables reportajes sobre Japón y California. Preguntas sobre por qué la tierra tiembla. Noticias de que vamos a morir todos y entrevistas. ¿Entrevistas?, ¿a quién?, ¿a expertos?, ¿víctimas?, ¿bomberos?, ¿policía?. Eh, no.
No exactamente:
En "Terrem... en "TERREMOTOS" han decidido que ya vale de que el protagonismo siempre recaiga sobre gente como yo, héroes anónimos que no dudamos en arriesgar nuestra vida a diario sin buscar mayor recompensa que la satisfacción del deber cumplido, y entrevistan a un tío que simplemente está a-co-jo-na-di-to.
Y es que, por si no había quedado claro, "TERREMOTOS" merece la pena desde la primera página a la última. Incluyendo su contraportada, donde anuncian otra revista perfecta para tener en el cuarto de baño de las visitas:
Pero no sólo de TERREMOTOS vive el brasileño, no.
"¡El día en que Palomo aplastó a mi marido fue una tragedia Y una bendición a la vez!"
En el apartado musical, y siguiendo con la tradición, he encontrado a Calypso:
"Eso es, guapa, tú agárrate fuerte al mástil de mi guitarra
que luego te explico cómo rodamos "Los Goonies"".
Folleto interior, donde vemos al Joelma y a la Chimbinha en todo su esplendor.
Hay más estampas indelebles del viaje, con sus cataratas del Iguazú, con su Bar Madrid, con sus medidas arbitrarias de volumen, pero las he subido aquí que resulta más cómodo.
Y ahora a ver cuánto tardo en volver a actualizar esto.
<<Bip! Bip!>>.
Ah, un mensaje de texto. ¿De quién puede ser?.
Oh. Eres tú. Pero... ¿ahora?.
Sí, claro que puedo quedar. No, no estaba haciendo nada. Nada importante, me refiero.
Venga, hasta ahora. Adios, adios.
...
Oh, Dios, ¿cuándo terminará esta farsa, esta pantomima de frenesí bloguero?.
¿¿Cuándo??.
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